Aterrizaba otro año más en Haría, el 3º consecutivo (casi todas mis carreras se van convirtiendo en sagas, jeje), como en las ediciones anteriores con la ilusión y motivación por todo lo alto. Esta vez acompañado de un gran amigo, a la par que Bichillo, Gabriel García, con nombre de Arcángel no me podía ir mal, en 2012 y 2013 fue sólo sufrir y sufrir. A pesar de que la semana pasada había estado con medicación debido a una faringintis que me había tumbado en cama dos días, mi mentalización era Extrem también.
Llegamos a la Plaza de Haría con el tiempo justo para calentar ligeramente, charlar con los amigos, pasar el control del chip e ir situándonos en la línea de salida, con la energía a tope que transmite el tener tanta “pata negra” cerca, qué pena sus fuerzas no se contagien.
Sin más preámbulos el pistoletazo y a callejear por este bellísimo pueblo conejero. En esta ocasión había cumplido con todas mis pautas pre-carrera, sólo me salté que me comí un buen trozo de empanada de atún, después de mi superbatido habitual de todos los días (leche avena, gofio, muesli, plátanos, lecitina soja, avena,3 galletas maría, caco puro en polvo, canela y miel) buenísima, pero me sobró hasta el km.6 que empecé a funcionar a la perfección. El protocolo lo había cumplido bien desayunando 2 horas antes, no quería cometer el mismo error que en Tegueste.
Mi mentalización previa a la carrera consistía en no forzar nada hasta Órzola (km.15), quería bajar de 4horas, conocía la fórmula pero no lo había conseguido, iba siendo hora de que por fin saliera;los dos años anteriores me pasó factura y no quería volver a repetir. Haría Extrem son dos carreras en una, hasta Órzola una carrera (más propia para corredores rápidos, de asfalto) y a partir de ahí comienza la verdadera carrera de montaña. Llevar el estómago un poco lleno no me fue mal del todo, así logré evitar lanzarme e ir regulando hasta dicho Puerto pesquero.
Cuando entré en las 7 Leguas, paisaje volcánico sin igual, vi a alguno haciendo fotos, la ocasión la merecía desde luego, aunque soy incapaz de estar a tantas cosas a la vez, las fuerzas me acompañaban, decidí meter una marcha más, empecé a alcanzar a un grupito de unos 9 corredores; como por esta zona es muy complicado adelantar si no quieres perder tú integridad física, aproveché para tomar mi primer gel, buena señal que me apeteciera.
Al ensancharse el camino ya se divisa a lo lejos Órzola, las energías intactas aún, chequeamos, vemos que vamos bien de piernas y nos lanzamos a por el avituallamiento de este lugar. En los anteriores no paré en ninguno, hoy llevé la riñonera con medio litro de agua y un gel sólo. El amigo Majid me suministraba todo lo que necesitaba en los distintos puntos de control. Un verdadero lujo que un crack de su nivel (el año pasado bajó de 3horas en esta carrera) me echara una mano,nunca nadie me había servido, encima alguien de su experiencia que sabe lo que puedes necesitar en cada momento. No perdí nada de tiempo porque me tenía todo preparado, me refresqué, pillé media chocolatina, me tomé otro gel, intercambié un bidón por otro, me dio ánimos y a seguir. Llegué sólo dos minutos antes que el año pasado (1:16), pero sabía que el rock & roll empezaba ahora además, si el año pasado había petado por llegar hasta aquí demasiado fuerte, tan mal resultado no era.
Los dos años anteriores, a partir de este momento, empezaba mi suplicio particular, con este miedo me enfrentaba al 2ºtramo de la carrera, pero ahora las sensaciones eran muy distintas, las piernas respondían a la perfección, mis ánimos iban in crecendo a medida que notaba lo bien que iba. Se notaba el trabajo de cuestas en los entrenos y carreras previas, con mucho desnivel acumulado.
Al Mirador del Río llegué con las fuerzas intactas y con ganas de seguir dándole bien, sin pasarme porque aún quedaba La bajada de los Pescadores y Guinate, además de la no menos importante cuestita de Gallo. Majid hizo otra vez su cometido a la perfección, tomé coca cola, me dio la otra mitad de la chocolatina que, finalmente, no comí, una pastilla de sales (sin él esto a mí se me hubiera olvidado fijo, siempre me tomo una antes de comenzar la carrera pero durante la misma se me olvida), volví a intercambiar bidón.
En la bajada de los Pescadores no fui todo lo rápido que hubiera podido, temblaba de pensar en la subida que nos esperaba, reservé un poco lo que aprovecharon para adelantarme como 4 corredores. Al finalizar la bajada pillé un grupo chulo, en él se encontraba Yurena, un andaluz y una balear (aquí empecé a pensar que si aguantaba su ritmo podía conseguir bajar de las 4horas ya que ella lo había conseguido holgadamente el año pasado). La idea era hacer la subida sin prisas pero sin pausa, iba bien porque el grupito no se me escapaba y tampoco nos alcanzaba nadie, nos acompañaba una música épica que se escuchaba desde el comienzo de la misma (particularmente estaba tan concentrado que no me afectó ni para bien ni para mal, si llegan a ponerla el año pasado que casi se me hace de noche en Guinate, igual me dan ganas de tirarme por la ladera, jeje, bromas aparte es de agradecer esta iniciativa de la organización aunque entiendo es complicado acertar con todo el mundo) además de estar cada vez más cerca de los cuatro que nos adelantaron en la bajada. Coronamos Guinate, con la famosa cuerda, nos refrescamos con el ánimo del numeroso público que se congregaba allí; el eterno Majid, qué puntazo, estaba allí con la coca-cola y otro gel, pasé por el avitualla, el único donde pillé algo, en concreto sandía, paré en las duchas, ese remojo me supo a gloria divina, no hacía el calor del año pasado, pero Guinate te deja con el motor recalentado, refrescarte así es un lujo, me enchumbé totalmente y a subir Gallo.
Recuerdo que el año pasado me iba arrastrando por esta subida, este año pude hasta trotar en la misma, con lo cual, no sólo iba dejando atrás a los que me seguían sino que iba alcanzando a los que me precedían. Llegabamos a la zona de la carrera que más me gusta, con una postal impresionante, la Playa de Famara al sur y las islas de Chinijo al norte , unos precipicios que ponen los pelos de punta. Aquí iba con mucha sed, me había tomado ya toda el agua, en mi fuero interno me debatía entre si parar o no en el último avituallamiento, lo necesitaba pero hice un esfuerzo al ver que comenzaba una zona muy rápida que primero llaneaba para luego bajar en rápido descenso de picón (muy parecido a los Pinos de Gáldar, muy divertido), este era el tramo nuevo de este año. Mi decisión de no parar me permitió que me acercara al andaluz y a Yurena con lo cual fui ganando en confianza para dar el resto y llegar a la meta sin reservas, satisfecho por haber salido una carrera estupenda.
Es curioso como funciona la mente, cuando una carrera te sale bien, en la que estás satisfecho del todo, aún así continúas pensado...."y si hubiera apretado más en tal sitio..."; "...podía haber salido más rápido..."; "...si llegué dándolo todo igual fue porque podía haber dado más en algún momento de la carrera..."; es decir, parece que nunca estamos conformes del todo.
Cada carrera es un mundo, se trata de disfrutar y en Haría la satisfacción fue EXTREM.
Gabriel acabó muy satisfecho, en su primera participación disfrutó como nunca, era su primera carrera fuera de Gran Canaria, el año que viene comenta que volverá a repertir, así que, objetivo doblemente conseguido. Los dos lo pasamos BOOOOMBAAA, jeje!!!
Ahhhh, y se me olvidaba lo mejor, el vuelo de regreso lo hicimos con el flamante campeón de Canarias de Carreras por Montaña, D.Efrén Segundo (nobleza personificada), compartió su sapiencia con nosotros, así que el año próximo vamos a por todaaaasss, jejeje!!!
MONTAÑA ARRIBA!!!