domingo, 29 de junio de 2014

ARTENARA TRAIL: MI PRIMERA CARRERA

ARTENARA TRAIL 2014 (V EDICIÓN)


Ni es mi primera carrera, ni es mi primera Artenara Trail.
Pero si es la carrera con la que he querido inagurar este blog. Llevo años valorando hacer un blog, y por fin me he decidido. 
La única y exclusiva intención es intentar aportar mi granito de arena y agradecer con ello lo que tanto me han ayudado a mí otros, contando sus historias en este apasionante mundo de las carreras por montaña.
En mi caso no fue a la tercera, sino a la cuarta cuando puedo decir que esta carrera me salió bien, a pedir de boca, genial, estupenda, POR FIN me licencié en Artenara. No fue ni mucho menos fácil, en la 1ª edición en que participé (año 2011), era campeonato de España y hacía un calor como nunca después, afortunadamente, hubo. Aunque da igual la fecha en que se haga esta carrera, siempre es sinónimo de sol y buen tiempo. Recuerdo, en 2011, mirar los grados en el termómetro del coche y marcar 30ºC a las 8:00am. Durante la carrera fue convirtiéndose en un auténtico infierno, de ahí que sólo acabarla fuera un éxito.

CRÓNICA 2014:




Esta edición, tres participaciones después, la afrontaba como siempre con mucho respeto pues sé lo dura que es, y lo mal que lo había pasado siempre. La había entrenado una semana antes yo sólo, pues no conseguí que ningún colega se apuntara a hacer tremenda locura, del tirón y en condiciones climatológicas adversas, ya que empecé a las 16:00pm con mi mochila a cuestas, antes de empezar la subida a Risco Alto (cronovertical) ya tenía el agua caliente a pesar del hielo que le había metido. Salieron 5h:15min., parando en domicilios privados de Lugarejo para reponer aguar (qué gente tan amable), de lo contrario no hubiera llegado.
Con este panorama empezaba la carrera, con mucho respeto. No me dejé contagiar por la emoción de la salida, y el fragor de los participantes que con las energías a tope corríamos en pos de coger un buen sitio en el primer sendero en bajada sinuosa y algo técnica. 

Foto:Acorán Ponce

Toda la bajada la hice pensando en la subida que nos esperaba al llegar al fondo del barranco, justo en el km.8 de carrera. Paré en todos los avituallamientos, incluso en el del km.4 para echarme agua por la cabeza, es algo que siempre me ha funcionado en situaciones de calor intenso (mi buff , la gorra y las gafas, imprescindibles). En el avituallamiento de Acusa Verde tomé el primer gel , comí un trozo de sandía, me eché otra vez agua en la cabeza y barranco abajo, sin mirar al frente para no ver la pared que teníamos delante y evitar desmoralizarnos. En la subida me empecé a sentir con fuerzas, enérgico, con buenas sensaciones, veía que las piernas me respondían, y que estaba fresco. No me lo podía creer, chequeaba mi cuerpo y todo iba a la perfección (me habré equivocado de carrera ¿?). Con el miedo ancestral a que en cualquier momento me vendría la pájara, fui subiendo a buen ritmo y pasando a más gente de la que nunca hubiera pensando, esto me iba animando, a medida que iba subiendo, me iba acercando a atletas con los que nunca me había tropezado en carrera, con lo cual más me animaba. Siempre dialogando internamente conmigo y diciéndome que no me privara tanto que aún queda más de la mitad de la carrera y que, donde verdaderamente empezaba era en Lugarejo, era consciente de que debía llegar allí con un poco de fuerza aún en la recamara si quería finalizar en condiciones dignas. Fue así como llegué al avituallamiento del km.16, justo detrás de quien a la postre sería la primera fémina de la general. Aquí fue donde más me detuve, lo que aprovecharon para llegar una oleada de compañeros de corredores, y yo que pensaba iba rápido y no tenía nadie detrás. La subida la hice antes que ellos pensando que me pillarían, pero vi que aún tenía fuerzas, así que seguí tirando. La bajada a Lugarejos fue lo mejor, iba a ritmos muy rápidos para mí, seguía adelantando y nadie me seguía, con lo cual era buena señal. Por fin llegué a la Presa de Lugarejos, volví a parar, comer algo de fruta, tomar otro gel y echarme agua por encima, lo hice en todos los avituallamientos, básico para mí. La subida de asfalto después de dejar atrás el pueblo se me hizo dura, se me atragantó, decidí ponerme por primera vez en carrera la música, me comí un trozo de plátano que había pillado y me fue genial, me repuse y seguí con un ritmo aceptable para las alturas de carrera que estábamos. 
Al llegar a Las Cuevas aún seguía vivo, esta parte final se hace dura pero ya va quedando menos, así que aprovechamos la cuba de agua que la organización pone a nuestra disposición, nos enchumbamos bien y a por el último esfuerzo.

Foto: José Manuel Rodríguez

 Al menos este año tienes el consuelo que la llegada a meta es bajando, evitando el suplicio de años anteriores. Llegué esprintando sin nadie al lado, emocionado, feliz, satisfecho con la carrera, por haber disfrutado, por fin había cumplido mi sueño de acabar bien una Artenara Trail, después de haber prometido, la primera vez que la hice, que no volvería a participar ( "palabra de corredor"), sólo faltó que el pequeño Carlitos hubiera estado en meta para sprintarme y no dejarme entrar antes que él, la pena es que estaba malito.

Foto: Cristina Reyes



GRACIAS A TODOS. MONTAÑA ARRIBA!!!